Promesas de Nuestra madre Santísima a quienes recen su Santo Rosario

 

Promesas de Nuestra madre Santísima a quienes recen su santo rosario

Primera promesa

«A todos los que recen devotamente mi Rosario, prometo mi especial protección».

Es una garantía que la Virgen ha repetido muchas veces, y que recuerda la antigua oración Sub tuum praesidium (Bajo tu amparo nos acogemos).

Segunda promesa

«El que persevere en el rezo de mi Rosario recibirá gracias poderosísimas».

Tercera promesa

«El Rosario es un arma poderosa contra el infierno: destruirá los vicios, librará del pecado y abatirá las herejías».

Se trata de una promesa muy particular: aunque no se nombra a Satanás, se habla de la lucha contra el infierno.

Cuarta promesa

«El Rosario hará florecer de nuevo las virtudes y las obras buenas, y obtendrá a las almas la más abundante misericordia de Dios».

Esto nos impulsa a comprender que el Rosario rezado con María hace florecer en nosotros la vida y la imagen de la Virgen.

Quinta promesa

«El que confíe en mí rezando el Rosario no será oprimido por las adversidades».

Satanás por una parte nos persigue y por la otra nos seduce, utilizando siempre su arma más insidiosa que es el desánimo. María se pone a nuestro lado y nos asegura que el que reza el Rosario encontrará siempre cerca su corazón maternal, dispuesto a sostenernos y a ayudarnos.

Sexta promesa

«Quien rece el Rosario meditando sus misterios no será castigado por la justicia de Dios: se convertirá si es pecador, crecerá en gracia si es justo y será hecho digno de la vida eterna».

Con estas palabras se subraya que el Rosario traza una vía de santidad porque, rezado con María, hace que seamos guiados por ella. La Virgen ilumina el camino.

Séptima promesa

«Los devotos de mi Rosario, en la hora de la muerte, no morirán sin sacramentos».

Viene a la mente una página de san Alfonso María de Ligorio, en su obra de arte “Las glorias de María“, donde se dice que en el momento de la muerte, cuando los demonios se coaligan en el intento de llevar el alma a la desesperación, la Virgen debe ser invocada en la oración.

Octava promesa

«Los que rezan mi Rosario encontrarán, durante la vida y en la hora de la muerte, la luz de Dios y la plenitud de sus gracias, y participarán de los méritos de los bienaventurados en el paraíso».

Novena promesa

«Cada día libraré del purgatorio a las almas devotas de mi Rosario».

Por varias revelaciones privadas, en las que la Virgen se presenta como Reina del purgatorio y Reina de las almas purgantes, sabemos que la Virgen ha obtenido de Dios gracias especiales al respecto.

Décima promesa

«Los verdaderos hijos de mi Rosario gozarán de una gran gloria en el cielo».

¿De qué gloria está hablando María? De la gloria de la que está revestida ella misma, haciendo reflejar en ellos su propia imagen, su propio fulgor.

Undécima promesa

«Todo lo que se pida mediante el Rosario será obtenido».

Es la promesa de la intercesión más plena, que comprende en particular la gracia de la conversión.

Duodécima promesa

«Los que propaguen mi Rosario serán socorridos por mí en cada una de sus necesidades».

Una referencia que podría referirse por ejemplo a los misioneros y misioneras que se empeñan de varias formas para difundir esta devoción, creando confraternidades, animando grupos de oración, difundiendo los rosarios.

Décimo tercera promesa

«He obtenido de mi Hijo que todos los devotos del Rosario tengan como hermanos en la vida y en la hora de la muerte a los santos del cielo».

María, lo sabemos, es la Reina de todos los santos, y en el momento de la muerte, ella misma viene con todos los santos para hacernos partícipes de su comunión.

Décimo cuarta promesa

«Los que reciten mi Rosario fielmente serán todos hijos míos amadísimos, hermanos y hermanas de Jesús».

Rezando el santo Rosario nos profesamos hijos de María. Por ello ella se manifestará a nosotros como Madre y así tendremos un lugar especial en su corazón maternal y bajo su manto.

Décimo quinta promesa

«La devoción a mi Rosario es un gran signo de predestinación».

Ninguno de nosotros está seguro de ir al paraíso o al purgatorio, aunque obviamente todos esperamos no ir al infierno.

10 beneficios de rezar el Santo Rosario

La palabra Rosario significa “Corona de Rosas”, es la rosa de todas las devociones y es la más importante. Su forma física, no es más que un objeto que lleva por nombre: contador, el cual utilizamos para llevar un mejor orden al rezarlo, pero lo más importante es meditarlo.

El Santo Rosario otorga un infinito poder que solamente se obtiene con la fe y devoción a nuestra Madre Santísima, el cual concede los siguientes beneficios para el alma:

  1. Unidad con nuestra Madre celestial: Además de rezar para María, rezamos junto con ella y la invitamos a que rece por nosotros. La oración se hace mas fuerte porque la Virgen siempre recibe lo que ella pide.
  2. Arma contra el maligno: Es un arma poderosa que nos trae la verdadera paz. La Virgen nos invita a rezar el Santo Rosario en cada una de sus apariciones.
  3. Aporta virtudes: Que tal vez desconocíamos de uno mismo.
  4. Llena de humildad: Nos invita a seguir el ejemplo de humildad como María
  5. Concede indulgencias: Disminuye alguna parte de los castigos que tendríamos que sufrir por nuestros pecados, en el purgatorio.
  6. La oración perfecta: En cada decena de las avemarías se medita el sufrimiento, la lucha y el triunfo de Jesús, donde la Virgen estuvo presente para ayudarle a cumplir su misión salvadora.
  7. Conversión de los herejes: Innumerables testimonios de conversión han surgido por el mundo, de quienes no creían en Dios y gracias al rezo del Santo Rosario han vuelto a la Iglesia Católica.
  8. Sana el corazón: Borra la tristeza del alma y llena de alegría y amor el corazón.
  9. Aceptación de la Voluntad Divina: Hace comprender, sin cuestionar, las situaciones que nos cuestan aceptar.
  10. Regalo de rosas: La Virgen María ha revelado a muchas personas que cada vez que rezan un Ave María le regalan una rosa y por cada Rosario completo, le regalan una corona de rosas.

Cabe recalcar que no es un objeto milagroso, para la buena suerte, ni mucho menos. No obtenemos nada colgando el rosario en el cuello o colgado en el retrovisor del carro. El Santo Rosario es más que eso, si tan solo pudiéramos ver el poder que tiene en el cielo y la tierra no dejaríamos de rezarlo.

Durante este mes del Santo Rosario, una increíble forma de rezarlo es en familia, fomentando la unión familiar o invitar a nuestros vecinos, para tener una comunidad rodeada de paz y solidaridad.